lunes, 8 de junio de 2009

No se puede vivir de recuerdos

Perder a alguien es una situación que muchas veces cuesta aceptar, que es muy triste. Todos perdemos a seres queridos constantemente. Se dice que en la vida estamos de paso y por tanto todo comienza en un punto y termina en otro. Nada es inmortal, nada es para siempre.

Hay distintas formas de decir adiós. Despedidas eternas y despedidas que duran segundos, días, meses. Una muerte puede provocarnos un inmenso dolor en el alma. Decirle adiós a alguien que se va para siempre, cuesta. Nos mata. Pero también existe otro tipo de despedida que nos desarma completamente: Terminar una historia de amor que creíamos eterna.

Cuántas veces habremos escuchado la trillada frase que dice “Si te pierdo me muero”, “Si me dejas me mato”. Ciertamente esas palabras son resultado de momentos de mucho dolor, angustia. En esos momentos es cuando creemos que moriremos, pero nos equivocamos, nadie muere de amor.

Es duro, es difícil el camino de olvidar a esa persona que ya no está a nuestro lado. Es complicado extrañar a alguien. La ausencia de ella/ él en nuestras vidas nos marchita el alma, nos hace sufrir.

Perder a alguien que nos acompañó mucho tiempo de la mano es como perder parte de nosotros mismos. Cuando amamos en serio a una persona, dejamos de pensar solo en nosotros mismos para pensar en un nosotros plural. Quebrar ese “nosotros” nos hace doler, nos provoca temor de lo que vendrá.

Suele pasar que cuando decimos adiós a esa persona que nos acompañó por quincenas, meses, años, sea un adiós momentáneo o puede que dure para siempre, lo importante es crecer en cada ruptura y entender que de cada experiencia y de cada relación lo importante es guardar los buenos recuerdos.

Está claro que perder a alguien que queremos y que es importante para nosotros, es símbolo de tristeza. Es una sensación que puede destruirnos temporalmente, pero si vivimos centrados en ese pasado no vamos a ver la luz de lo que viene y no vamos a superar ese final que por algo sucedió.

No se puede vivir de recuerdos, no se debe vivir de estos, sin embargo es importante que aprendamos a recordar aquellas cosas tan lindas que nos dieron esas relaciones, esas personas, y así poder continuar nuestro camino, sin ellos pero buscando nuevos horizontes y teniendo en nuestros corazones aquellas cosas, momentos que alguna vez nos hicieron felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario