En todo momento de nuestras vidas siempre volvemos al pasado. Quizás no es de manera intencional, pero el mero hecho de sentir olores, alguna música particular, el transitar determinados lugares, calles, nos llevan emocionalmente de nuevos a esos sitios, a esas personas, a esos rinconcitos que formaron y forman parte de nuestras vidas.
Recordar es justamente eso. Volver a acontecimientos, a momentos que vivimos hace un tiempo, en un pasado. Son alegrías de la vida. Rememorar alguna circunstancia, algunas vacaciones, algún evento, alguna tarde diviertida, puede dejarnos reír durante horas con el solo hecho de pensarlas, de traerlas nuevamente a nuestras cabeza.
Recordar es volver a pasar por el corazón. Es revelar una fotografía en nuestras cabezas con aquellas cosas que en algún momento nos provocaron alegrías, tristezas, miedos. Los recuerdos buenos nos llenan el alma, nos permiten acariciar cada instante que fue nuestro.
Y es por esto que los olores, la música, determinados sitios nos permiten pensar en alguien, en algo. Nos permiten volver a eso que conocemos, que conocimos, que nos afectó de determinadas formas en nuestras vidas
Es importante recordar. Acordarse de las buenas acciones de los otros para con nosotros, de los errores cometidos para evitar volver a cometerlos. Es una sensación extraordinaria el pasar por distintos lugares y acordarnos de alguien. Es indescriptible la sensación de estar en algún lado, y sin querer volver a “ese momento” tan indescriptible y reir a carcajadas por eso, y porque no, llorar en silencio por eso que nos dolió tanto.Recordar es una de las cosas más esplendorosas que existen en este mundo. A mi pensar, es una sensación extraordinaria y que conviene ser puesta en práctica
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