domingo, 6 de septiembre de 2009

Saber que no podes hacer algo, te hace ansiarlo, quererlo, aun mucho más. Me pregunto porque esa pequeña palabra “Prohibido” puede provocar un efecto tan potente en los seres humanos.

Desde chicos estamos acostumbrados a eso. Desde las épocas del colegio, donde nos decían no hagan esto, no hagan lo otro, lo hacemos. Cuando éramos adolescentes nos decían no te tomes un remis sin identificación, no vayas a este boliche, y otra vez más, lo hacíamos. Cuando sabemos que se viene el verano y nos proponemos adelgazar, el decir “estoy a dieta” provoca en uno la ansiedad, la necesidad de comer todo el tiempo, y cuanto más decimos NO, más presente lo tenemos.
Las cosas prohibidas, las cosas extrañas, las acciones que nos brindan una adrenalina absoluta, son a mi entender, una de las cosas más lindas que hay en este mundo. Es bueno tener voluntad para a veces saber decir no y hacer lo correcto, pero muchas veces hacer lo prohibido, lo que provoca miedo, incertidumbre, es lo que nos mantiene vivos y es por eso que es necesario actuar algunas veces bajo el efecto de esa prohibición, de esa adrenalina que nos llena el alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario