Nuevos rumbos

Me decidí por tomar el otro camino. Un sendero un poco más largo, con gran cantidad de ramas y sin destino certero. No se porque, al llegar al cruce decidi irme de ese atajo que venía transitando hace días, años, décadas atrás.

Creo que el tiempo fue decidiendo todo. Primero me daba indicios de que probar nuevos atajos, nuevos caminos era buena idea. No sabía que podía encontrar al CRUZAR esa via que tanto me atrapaba, que no me quería dejar pasar.

Cerrar etapas, echarnos al otro lado es necesario y muy encantador. Puede que nos entristezca salir de esa vía tan preciada, incluso puede asustarnos, pero cambiar, movernos, salir es imprencindible. Si no salimos, si no cruzamos, quizás nos perdemos algo mejor, quizas obviamos pasar por un camino único, maravilloso, lindo por recorrer a pesar de las espinas que una y otra vez nos marquen la piel.

Hoy decidi mutar. Salir del acolchado de invierno y renacer en primavera. Hoy me marcho, hoy decido salir, buscar, indagar, conocer. Hoy quiero irme al otro camino que viene invitandome a recorrer un nuevo horizonte, un nuevo paisaje.

Quizá me equivoque. Quizá no es lo que deba. Pero me aseguro a mí misma que vale la pena. Es necesario me repito. Y si es que me encuentro bloqueda, sentida, indignada con la desición, pues veré la forma de desviarme de este nuevo camino y recorrer otros que puedan contenterme, que me lleven a la felicidad, queme hagan amar la vida.